domingo, 23 de junio de 2013

Algunas impresiones rápidas: Cristina capitana

Con poca convicción los medios opositores intentan vender la noticia de la presentación de Massa como un dolor de cabeza para Cristina. Y de paso lo operan a massita para que se defina. Ya lo hizo: está en contra de la re-reelección.

Cristina también. Y se encargó de enterrar cualquier suspicacia. Armó un campo propicio como para ser jugador fundamental en su sucesión.

Dos años son una eternidad. Y los 5 meses que faltan para las elecciones de octubre, más eternos todavía. Pero si no especulamos de qué vivimos. Abolir la ilusión del futuro es faena imposible para el ser vivo.

Primer punto: Scioli quedó sumamente golpeado. O mejor dicho, desplazado. Se confirmó que lo pasaron por encima con un tren. La supuesta oferta de Cristina (inaceptable) de bajarse de la gobernación y aceptar el primer lugar en la lista era, paradójicamente, su única oportunidad. No se bajó, y se quedó sin nada.
Macri, más allá de lo que diga este espacio sponsoreado en La Nación, obtuvo un auspicioso espaldarazo pasa su candidatura. A diputado 2015. Como la pata porteña del mentor de Boudou, exageradamente elogiado en esta nota de Fidanza (en el periodismo, como en el fútbol, ¿existirá la incentivación?). La otra opción para Macri es la presidencia. De Boca. ¿Cuándo hay elecciones en Boca?

Y entonces el señor Massa, intendente de Tigre y candidato (otra vez testimonial?) a diputado será erigido como la contrafigura clave del oficialismo. Aparentemente a su pesar. ya que pretendería continuar con su postura de no estar a favor ni en contra, sino todo lo contrario.

Digamos que la irrupción de Massa supone una clara posibilidad de derrota en la provincia para el oficialismo.

Pero Cristina, por ahí calculando esto, mandó a armar listas absolutamente propias. Digamos, la cosecha de votos de las listas del FPV en octubre será totalmente propia. Sin que nadie pueda decir que tiene votos prestados. Sin dirigentes sindicales, con los intendentes y gobernadores con las puertas abiertas para colar donde quisieran o largar solos, se quedaron los que se quisieron quedar. Y son bastantes.
La apuesta es fuerte. Pero digamos que con el objetivo de sacar un 35% de los votos a nivel nacional, se podría dar por cumplido un objetivo fuerte.
Recordamos que Unidos y organizados es hoy la única fuerza política verdaderamente nacional con despliegue en todo el territorio. El PJ y la UCR tienen despliegue territorial, pero pareen más federaciones de partidos provinciales que fuerzas nacionales cohesionadas.

En ese contexto, con un "número puesto" para el 2015 sentado en una banca de diputados, a Cristina le queda encarar a lo mejor unos cambios en el gabinete, erigiendo a algún actual ministro, o a un actual gobernador, o aun tándem, como los encargados de pelear la sucesión. Trasladar finalmente todo lo que sea gestión de energía al ministerio de economía, y convertir a Planificación en un ministerio de obras públicas con un ministro presidenciable que pueda recorrer el país con obras y plata.

Y a ver qué pasa. Por supuesto, puede fallar. Si en octubre el FPV saca un 20% la cosa se complica. Ahí está la apuesta.

sábado, 22 de junio de 2013

Mercado cambiario hoy

La anunciada estampida cambiaria entró en una etapa (coyuntural) en la cual el Gobierno consiguió controlarla. Al menos, evitar la psicosis que la suba de la cotización del dolar marginal provocaba. Y el precio bajó como un 40%.
Lo cual se contrapone un poco con la tendencia latinoamericana a sufrir presiones devaluatorias, que por ahora en Argentina se manifestaron más a través del mercado del dólar oficial, que del paralelo.

En ese contexto, los analistas parecen haber adoptado la teoría que avivaban los funcionarios hace un tiempo: que el mercado del "blue" es muy chico y manejado por muy pocas manos. Porque si bien no lo explicitan de este modo, coinciden en que la presión de Moreno logró frenar las movidas especulativas. ¿A cuántos tipos pudo haber presionado Moreno? El mercado del dólar paralelo era, efectivamente, muy chico y manejado por muy poca gente.

No solamente mirando la oferta era así de fácil identificar a los operadores que manejan ese mercado. También mirando a la demanda. Son pocos, de un lado y de otro del mostrador, los que mueven el amperímetro.
Ahora bien, una vez alcanzado el ansiado consenso en este punto, podemos ponerle un poco de contradicción. Para tratar de acercarnos a la realidad. Si fuera tan sencillo como para que un funcionario se reúna con 4 o 5 tipos y definan a cuánto ponen el precio del dólar ilegal, no habría ningún motivo como para permitir que la cotización se vaya tanto que sea necesario conversar para bajarla. O sea, si Moreno llama y pone el precio, por qué habrá subido tanto antes?

Las cosas no parecen ser tan sencillas.
Podemos ensayar algunas otras explicaciones basadas en otras perspectivas.

Por una previsible falta de divisas el gobierno en determinado momento decidió restringir el mercado cambiario oficial que a hasta ese momento era totalmente libre. Eso significó la revalorización del mercado paralelo, ilegal, ya que algunos de los actores que se dispensaban de divisas en el oficial ya no podían hacerlo.
Este mercado paralelo es una vía de respiro para el mercado oficial restringido. Lo que se hace es mantener a cotización de dólar subsidiado a las operaciones que se consideran prioritarias: la importación de bienes insustituibles, el abasto de energía y el pago de compromisos (deuda externa, pública y privada). Y se le deja operar en un mercado paralelo en el que el dólar sale más caro a quienes tienen capacidad y necesidades insustituibles de hacerlo.
Por eso es que las cuevas operan sin que se las termine de reventar. Está previsto que operen. Si vos les achicás el negocio a las casas de cambio, sabés que van a tener que operar ilegalmente, pero en un segmento más reducido, porque se saca de la carrera a varios actores que con precio dólar subsidiado y libertad para operar legalmente lo harían, y en las condiciones de control no.

Se sabe que hay una fuga (que de alguna manera es necesaria para la absorción de pesos excedentes) y se la deja operar, en un círculo pequeño, ilegal y con precios sin tanto control.
Ese mercado paralelo tiene un principal elemento que lo hace funcionar: la dolarización de excedentes.
O sea, las empresas con capacidad de atesoramiento son las que recurren a ese mercado no oficial para hacer compras masivas de dólares. Desde la punta demandante, manejan de alguna forma la cotización del dólar que, al estar controlado el mercado oficial, se empieza a tomar como referencia para el cierre de muchos contratos.
Esto es lo que hace que los funcionarios comiencen a preocuparse por la brecha cambiaria. Una cosa es permitir la existencia de un mercado cambiario paralelo haciendo la vista gorda, para que "respire" un mercado financiero restringido. Y otra distinta es que la brecha de cotizaciones le termine absorbiendo el oxígeno dosificado al circuito económico formal.

De todo este proceso, ya lo vemos, la mentada "gente" está exenta, si usamos ese concepto para determinar la existencia de operadores inidentificables. Los que venden y los que compran, tanto en el mercado paralelo, como en el mercado oficial en lo que hace a los volúmenes con posibilidades de tener incidencia, tienen nombre y apellido. Tan concentradas son estas operaciones, como concentrada es la apropiación del producto social. Cosa de ricos.

Muy bien, en ese contexto, el gobierno decide bajar la brecha cambiaria.
Y desarrolla un sistema de pinzas.
Les saca pesos de las manos a los bancos que son los que les administran a los ricos el fruto de la apropiación de los excedentes, y les abarata las vías legales todavía existentes para la fuga de divisas.

ANSeS fue fundamental en ese proceso: inundando la plaza de bonos en dólares (que se usan para el contado con liqui, que consiste en comprarlos con pesos acá, y venderlos en Nueva York para cobrar en dólares, pagando los "peajes" en el medio, no? O sea, los empresarios que aceptan participar de estas  operaciones pagan bastante por hacerse de dólares en el exterior; de más está decir que si está cerrada la remisión de utilidades, estas operaciones quedan en el ámbito exclusivo de quienes tienen la obligación corporativa de hacerlo, decisión tomada en el extranjero). Al bajar la cotización de los BODEN 2015 o de los BONAR 2017, y al haber disponibilidad de los mismos en buenas cantidades, los bancos les empezaron a ofrecer estos documentos a sus clientes más grandes, y éstos dejaron de recurrir al mercado paralelo a comprar dólares, porque les salía más barato operar por esta vía.

La otra forma de incidir en la demanda de dólares es absorbiendo pesos. Los bancos tuvieron que empezar a cuidar sus pesos, porque les salía caro pedirlos prestados, debido a que el Banco Nación decidió retirarse temporariamente de la plaza interbancaria. Y como los bancos necesitan pesos para cumplir con el efectivo mínimo que les exige el Central, no se vieron para nada invitados a usarlos en operaciones por más rendidoras que éstas pudieran ser, porque las tasas para conseguirlos en el caso de que les faltaran eran más altas que las de ganancias.
Superada esta etapa, también ingresó el ANSeS en el manejo de las tasas, esta vez sacando plata depositada en bancos (1700 millones de pesos en dos días). Ante este retiro de depósitos del sistema, la necesidad de los bancos los obliga a convalidar tasas para los plazos fijos de mayor volumen muy altas. Lo cual además se convierte en una buena opción a la dolarización de excedentes para las empresas. Le prestan plata a los bancos al 19% anual, en lugar de dolarizar excedentes en el corto plazo.
Estas maniobras son formas heterodoxas de llevar a cabo un ajuste monetario ortodoxo. Que deriva en mayor demanda de pesos, y por ende menos velocidad de circulación de los mismos.

Está muy bien todo esto.
Pero a largo plazo hay que pensar la forma de incidir más fuertemente sobre la capacidad de apropiar excedentes en pocas manos. Si no, ¿Para qué pelearse?

jueves, 20 de junio de 2013

Eu quero Lula de novo



El Brasil de Lula y Dilma lejos estuvo en estos años de afrontar un proceso que tuviera como norte la socialización de los medios de producción. Digo, para atemperar las primeras efusiones de fervor libertario que los nuevos apologistas del PT brasilero intenten tal vez instalar.

Es un país que, en cambio, "solamente" enfrenta un tránsito acelerado desde el subdesarrollo a la emergencia como potencia en el actual contexto de capitalismo global, por muchas causas incluso exógenas, autonómas del proceso político interno.
Un proceso así no está exento de conflictividad a nivel internacional.
Idas y vueltas, vaivenes, resistencias, peleas, marchas y contramarchas, contradicciones, tapizan la historia reciente (y no tanto) de las relaciones exteriores del Brasil, que probablemente pueda abarcar unos 40 o 50 años, allá cuando los historiadores del futuro decidan encarar la periodización a la que probablemente etiqueten con el concepto de "crisis".

Internamente la cosa no es menos convulsionada.
En todos los órdenes, y en todos los estratos socioeconómicos se producen cambios violentos: el estado avanza a la reconquista de territorios a los que su incapacidad operativa lo había obligado a renunciar, cediendo el control a la aparición de instituciones para-estatales, los sectores sociales más bajos luchan por despegarse de la marginalidad para-institucional a la que por necesidad se aferraban al tiempo que sofistifican sus reclamos: ya no pretenden solamente satisfacer sus necesidades básicas alimentarias a cualquier precio; quieren educarse, ganar confort, tener mejores hospitales, viajar menos y más cómodos, además millones de personas se incorporan a los niveles de consumo propios de las clases medias provocando una inusitada competencia por la apropiación de bienes escasos y distintivos de una identidad de clase.
Y a su vez emergen nuevos actores con capacidad de acumulación de excedentes que horadan fuertemente las bases sobre las que se asienta el control de los resortes que dinamizan la economía por parte de los grupos económicos que tradicionalmente lo hicieron. Y éste es el punto fundamental, el que despliega mayores consecuencias y el que aprovecha la inercia de los otros procesos subordinados, menores, para operar secretamente, sin ser del todo visualizado.

Las aristocracias, sectores identificados con la alta burguesía, pero que adquieren características aristocráticas a partir de acostumbrarse a un status quo que deja las bases de su poder indemne de la movilidad social y relativamente aislado de los procesos socioeconómicos, empiezan a ver cómo aparecen en escena actores con importante capacidad de acumulación que buscan convertir sus actividades en motores más incidentales de la dinámica económica del país, y por lo tanto a tener acceso mayor a los esquemas de toma de decisiones políticas.

Todos los conflictos son subsidiarios de éste, donde se ejerce el verdadero motor impulsor de fuerzas centrífugas que desarrollan toda la violencia y la crisis social en sus distintas facetas.
Pero el problema es que, tanto en Argentina como en Brasil, ese núcleo y lo que ocurra al interior de las clases dominantes con los enfrentamientos entre distintas facciones de la misma, depende del simple desarrollo de las fuerzas productivas y sociales. No solamente de la coyuntura política en la que operan los gobiernos.
De manera tal que los grupos de poder concentrado tradicionales deberán entender que tienen, en Latinoamérica, el boleto picado. Por la Historia (con mayúsculas marxistas) como decía ayer nuestra abogada exitosa.

Un dato de política pedestre a tener en cuenta (para bajar un poco de las pseudoalturas de la reflexión) es que nadie por ahora dice que Dilma, pase lo que pase con la "revuelta", tenga comprometida su posibilidad de ser reelecta. O sea, las marchas parecen ser testimoniales manifestaciones de impotencia electoral, institucional, legal.

Y yo, que nunca abracé con fervor la causa lulista, me veo obligado a hacerlo ahora, que los que otrora lo encumbraron a las cimas de "mayor estadista de la historia mundial" pretender degradarlo al rango de "ladrón común".

miércoles, 5 de junio de 2013

CEDIN

Marcó del Pont: dando señales firmes a los especuladores
Aparentemente, según lo que dice Pablo Wende (periodista especializado en el mercado financiero habitualmente muy crítico con el gobierno) en Ámbito, en la reglamentación del blanqueo el BCRA incorporaría algunas  flexibilizaciones para el uso de CEDIN.
Hablamos de los títulos que se entregarán a todo aquel que incorpore dólares no declarados, para hacer una transacción inmobiliaria.
La fuente citada es Marcó del Pont, de modo que es confiable la especie.

La flexibilización consistiría en que los CEDIN, después de haberse utilizado en una operación inmobiliaria (es decir, uno vende la casa y cobra en CEDIN) pueden ser derivados a distintos usos: usarlos como medio de pago de otra operación, venderlos en el mercado secundario en pesos (muy probablemente a una cotización cercana al valor del dólar ilegal) o (y acá está la novedad) cambiarlos por dólar billete presentando la documentación que acredite que fueron utilizados previamente en una transacción. O sea, los CEDIN podrán ser cambiados por dólares billete por cualquier tenedor, excepto aquel que los haya recibido por blanquear sus dólares. Ese tiene obligación de comprar un inmueble. Pero el vendedor de ese inmueble puede ir al banco a canjear CEDIN por dólares

Descartamos que la iniciativa abre la puerta a infinidad de maniobras. El funcionamiento del sistema financiero en general abre la puerta a infinidad de maniobras.

El tema, me parece, es que ya a esta altura podemos decir que este blanqueo opera casi como la oficialización de un desdoblamiento cambiario de tipo financiero, con la precaución de hacerlo sin que se note, por ejemplo al no derribar totalmente las limitaciones impuestas en el mercado oficial, ya que eso hubiese sido abrir la canilla del drenaje de reservas aún más de lo que por propia dinámica de la economía ya lo está. O sea, se va flexibilizando de a poco las restricciones, por un lado. Por otro lado, se abre un salvoconducto para el ingreso de dólares acolchonados, de modo que la flexibilización cuente con una suerte de financiación genuina: el ingreso de dólares no declarados, es decir, no contabilizados como reserva del sistema (aún más, en algunos casos seguramente, salidos en este último tiempo a través del retiro de depósitos, con lo cual constituiría una especie de re-ingreso).

No sé hasta qué momento ANSeS podrá mantener la agresividad operada en el mercado de bonos en dólares usados habitualmente para la fuga, ni si será posible mantener altas las tasas interbancarias sin que esto se traduzca en un enfriamiento del crédito al consumo, ni qué margen habrá para mantener la aceleración en la devaluación del tipo de cambio oficial, pero aparentemente el camino recorrido apuntaría a tratar de hacer converger la cotización ilegal del dólar con la oficial en un plazo no muy lejano.

Este camino puede tener sinuosidades: hoy enfrentamos un momento en el que por propia estacionalidad la demanda de pesos puede aumentar, con lo cual el mercado del dólar paralelo se verá un poco más descongestionado. Las empresas necesitan pesos para pagar aguinaldos, así que no tendrán tanto afán en dolarizar sus excedentes.  Y es probable entonces que las autoridades puedan reservar parte de su poder de fuego para lo que venga después: el reflujo en el cual las empresas vuelvan a embolsar esos pesos que hoy necesitan para cubrir sus obligaciones. En ese cierre del ciclo podrá darse algún nuevo brote de demanda de dólares. Y en ese momento tal vez sí la rigidez para mantener cierta altura en las tasas no esté mal.

Ahora sí: el verso de que la corrida la generan los pequeños ahorristas no se lo cree ni Marcelo Bonelli a esta altura.