lunes, 28 de mayo de 2012

A cuánto cotiza el blú.

Parece que pugna por surgir un esbozo de justificación para los grandes delincuentes de guante blanco que montan mesas de dinero, en las cuales venden a cotización de dólar paralelo los dólares que obtienen a cotización oficial, haciendo grandes diferencias (entre otras cosas) con la desesperación de gente mal informada y con escaso capital de resguardo.

Se trata de la poca confiabilidad del peso. Por el rendimiento negativo que tiene la operación financiera de atesorarlo en el bolsillo.
A la que se suma en calidad de condimento la baja calidad (física) de los billetes de 100 pesos no convertibles producidos en el país (y alrededores). Incluidos en ubicación central los de Ciccone (próximos a salir). Diferentes (al parecer) a los que mandamos a hacer a Brasil. Con desprolijidades en el tamaño, en la numeración, y particularidades distintivas en la textura del papel.
Acá ya expresamos nuestra opinión sobre la tercerización de la impresión de billetes a través de un fondo de inversión off shore. Y también sobre la negativa a emitir billetes más queribles en cuanto a su nominación para desacelerar un poco la velocidad de circulación a la que invitan los de Roca.

Ahora, independientemente de esas opiniones (que no tengo problemas en reiterarlas si alguien me lo pide), ¿nos quieren hacer creer en serio que el garca que oficia de banca en la timba entongada de las mesas de dinero es un señor que quiere resguardar el valor de sus ahorros? Conste que no hablamos del punto, sino de la banca de esa especie de lotería clandestina. El que lejos de resguardar sus ahorros en dólares los vende hipersobrevaluados, a gente que sí (a veces) quiere resguardar sus ahorros en moneda dura y que el pecado simple que comete es el de dejarse influenciar por estafadores.

Y por otra parte, ¿hace falta desempolvar la herrumbrada teoría de que la confiabilidad de una moneda depende de sus condiciones de producción?
Digamos que el dólar debe ser la moneda más falsificada del mundo.
Y que un "ciudadano común" que se acerca a una cueva no tiene la más mínima posibilidad de descubrir si en lugar de uno con la cara de Washington le meten el de Linterna Verde. Así y todo, confía en la moneda fiduciaria. Tiene fe.
A pesar de que a veces se debe topar con billetes de dólar con distinta textura, e incluso distintas inscripciones (no por ser falsos, sino producidos en distintas épocas, o por entidades de distintos estados -la FED es una federación-).

Lo más lindo es que los mismos que piden moneda confiable, diagnostican sobrevaluación cambiaria por inflación y sugieren acelerar la devaluación para que el dólar no esté barato...

Definitivamente, hay que dejarse de joder por dos años.

3 comentarios:

Alcides Acevedo dijo...

Karadurismo total... que el gobierno le venda dólares a los minoristas y se termina la historia, claro, el BCRA no tien más dólares y su precio "oficial" es irreal.

Nadie quiere la devaluación (yo por lo menos) pero me causan gracia los peronistas: cuando les convien defienden el dólar "alto" y la devaluación porque promueve la industrialización y genera empleo (!?)... después están en contra, no lo entiendo.

Devaluación es pobreza, y peronismo es crimen, así de fácil, que el gobierno salga a vender dóalares al precio oficial... y si no tiene que devalúe, así de corta.

Anónimo dijo...

"peronismo es crimen"... ahh bueeeeno. Estamos en 2012 o en 1955?

el pincha dijo...

excelente...

abrazo