domingo, 21 de agosto de 2011

Tipo de cambio: las presiones de demanda sobre el dólar y su relación con los agregados monetarios


La Argentina no tiene hoy problemas con el ingreso de divisas. Se exporta más de lo que se importa, en niveles que rondarían los 10.000 millones de dólares anuales de saldo positivo.

Sin embargo, en estos últimos tiempos, lo que se supondría que constituiría un mecanismo de presión hacia la baja de la cotización nominal del dólar se dio al revés. El dólar ha tendido más veces a subir que a bajar, y obligó al banco central a pasar de su posición compradora a una posición vendedora en cualquiera de los mercados.
Incluso, ANSeS y Banco Nación colaboraron en algún momento vendiendo bonos en dólares (de los demandados en el mercado local para vender en el exterior y fugar divisas).

O sea, el ingreso robusto de dólares por la vía del comercio exterior se complementa con una demanda acelerada de dólares de argentinos que quieren constituir capital en el exterior o al menos fuera del sistema bancario.

Este elemento es confirmado por lo que los operadores del mercado de divisas describen como un aluvión de compras minoristas en los momentos de mayor presión.

A pesar de todo esto, la inercia inflacionaria del mercado interno hace que los argentinos nos apreciemos en términos reales, al igual que todos los países emergentes, como parte de un proceso mundial que ya nos encargamos varias veces de comentar.

Es decir, hay una apreciación real del peso frente al dólar, que en términos nominales, sin embargo, se traduce en un alza de la cotización de la divisa norteamericana.
Hay un canal, entonces, que está permitiendo que esos dos elementos, aparentemente opuestos, se complementen armónicamente.

En realidad, el mercado, a través de los agentes excedentarios del sector privado, esos que tienen capacidad de acumular pesos por encima de los que destinan a consumo están de alguna forma colaborando con la tarea del banco central de absorber excedentes monetarios.
Digamos, tanto la inflación como la demanda de dólares tienen un mismo motivo: hay plata en la calle.

Entonces, habrá que prestar atención a donde se está dando la vía del desequilibrio macroeconómico ortodoxo.
Y está en el hecho de que la ampliación de la base monetaria tiene un canal de conducción que es el fiscal. Principalmente a través de las utilidades que el BCRA le transfiere al Tesoro.
Este desequilibrio se corrige fácilmente: tapando vías de erogación fiscal. Ajuste de presupuesto.
Y hay un concepto en el cual se puede operar fácilmente. En Argentina se abonan valores irrisorios (en algunas regiones más que en otras) en combustibles, energía eléctrica, gas, agua potable. Subsidios estatales mediante, cuyo crecimiento en montos ha sido muy significativo a lo largo de 8 años.

Con ajustar sobre ese concepto, haciendo converger precios y tarifas con los valores que se pagan en nuestros países vecinos, y transformando en gasto privado lo que hoy es gasto público, es posible que se pueda operar una vuelta de tuerca hacia el equilibrio macroeconómico.

Que podría traer efectos positivos sobre la "fuga" de capitales, sobre las presiones sobre el dólar y sobre la inercia inflacionaria (a mediano plazo, y en un nivel de precios más alto producto del ajuste provocado por los aumentos de esos bienes básicos y su efecto multiplicador sobre otros precios).

Pero no sobre la apreciación cambiaria, que seguiría su curso además de sufrir un salto abrupto (de no mediar cambios bruscos en la situación internacional).
Esa apreciación cambiaria, en un contexto de inevitable menor expansión del mercado interno traería consecuencias negativas sobre la capacidad de ampliación y diversificación de la base productiva, con consiguientes consecuencias negativas lógicas en la generación de empleos.

Imitar a Brasil, Chile o Uruguay también tiene sus costos. Ya lo dijo Piñera: nada es gratis.

5 comentarios:

Unknown dijo...

excelente explicación mariano.

Peter de A. dijo...

Muy claro tu post, cosa que agradeco ya que yo de economía se muy poco -y, sobre todo, en ella tengo menos de fe (que sí le tenía en la adolecencia)-; pero tu post me hizo recordar pocos días atrás a Feletti que, al referirise a estos temas decía que si bien se perdía competitividad con el tipo de cambio, se la ganaba a traves del costo de la energía. Tal vez indique intenciones futuras, tal vez no.

Saludos

Daniel dijo...

Pero Mariano, no queda un tramo intermedio abierto, que al menos me parece lógico y más que necesario, que es aumentar las tarifas de gente de buen pasar que están beneficiados por la universalización de subsidios? O dejar de subsidiar determinados productos suntuosos?

Mariano dijo...

Manuel Y Peter, muchas gracias.

Daniel: la cuestión es que los caminos no son llanos en ningún caso.
Por ejemplo, yo acuerdo totalmente en la necesidad de ir reduciendo la brecha de subsidios.
Quiero decir, con una inflación de 25% anual, y tarifas congeladas, lógicamente la inflación de costos a cubrir con subsidios aumenta mucho.
Con lo cual, por lo menos, podría preverse un aumento de tarifas que actualizara costos de año a año.
Seguiría habiendo una brecha importante entre el precio al consumidor y el precio "real" cubierto con subsidio, pero esta no aumentaría, con lo cual el monto de subsidio aumentaría acorde a los valores de inflación pero no por encima de ella. Es decir, en términos nominales pero no reales.

Ahora, estas "soluciones" no hacen sino engendrar problemas nuevos, atenuar otros, mantener parcialmente algunos.

Un abrazo

Wal dijo...

Creo que para evitar la fuga al dolar hay que encarar el tema de remunerar mejor el ahorro privado en moneda local sin apelar a la clasica de las tasas positivas de interes que alimentan la bicicleta financiera y desestimulan la inversion.
Lo de la apreciacion cambiaria es lo mas dificil de evitar con esa masa de billetes verdes dando vuelta por ahi, buscando ganancias faciles y rapidas(hasta los Suizos estan teniendo ese problema con la apreciacion del Franco y estan apelando a la emision para contrarestarla).
Mecanismos como gravar ese tipo de inversiones financieras con impuestos al movimiento de capitales a corto plazo podria ser algo factible.
Hay que captar ese ahorro para que se convierta en inversion productiva y el espaldarazo electoral a Cristina puede ser una buena base para hacer sintonia fina en la macro para estimular decsiones en la micro.

Saludos Wal