miércoles, 2 de marzo de 2011

La reelección

Mientras el país se desangra en una nueva y estéril disputa entre hermanos, esta vez entre los que quieren a Vargas Llosa y los que no lo quieren, ocurren también discusiones que se enmarcan mejor entre aquellas que atañen a las 3 o 4 cosas en las que todos tenemos que ponernos de acuerdo.

Por ejemplo, la hipotética reforma constitucional que incluiría un artículo en que se decretaría que Cristina fuera eterna (y eternamente reelegida, hecho fundamental y siempre olvidado por los enemigos de las reelecciones ilimitadas: para que haya reelecciones ilimitadas un líder debe ser elegido en las urnas ilimitadas veces). De hecho, una oposición preocupada por un "Cristina 2015", es una oposición que tiró la toalla en la pelea al 2011. No hay que darles el gusto. Todavía faltan 8 meses de sopapos cruzados.

Pero el tema que nos ocupa no es exactamente ese, sino uno que se deriva de él. Mejor dicho, uno que Pino Solanas derivó de él, en una de sus excursiones a TN (en el programa progresista de Joaquín Morales Solá, ámbito ideal para expresar que el gobierno es de "re-derechas", aparte, por supuesto, de montonero revanchista).

Irreflexivamente, en un brote de espontaneidad juvenil y seguramente contagiado por el clima republicano que irradia el susodicho conductor del programa, llegó a decir, el dirigente, que no le gustaban, ya no las reelecciones para cargos ejecutivos, sino tampoco las de cargos legislativos.

Independientemente de que más de uno de los dirigentes (en un sentido muy amplio del término) que se aprestan a componer las listas de Proyecto Sur no estarían muy de acuerdo con estas afirmaciones (al menos en privado; en público cualquier contradicción es válida), o por lo menos les costaría mucho mostrar coherencia entre sus "ideas" y sus acciones, me parece que ya estamos exagerando un poco con esto del republicanismo alternador y anti-reeleccionista.

No es para tanto muchachos, que si nos ponemos tan fundamentalistas de la alternancia, en menos de 10 años no queda un argentino que no haya sido al menos por un periodo, concejal en algún municipio.

En parte, se entiende que algunos necesiten proscribir a más de la mitad de los candidatos para mojar un cargo cada tanto, pero tampoco nos pasemos de rosca. O antes, al menos, tengamos el decoro de democratizar al interior de las fuerzas políticas, para que ningún "dirigente" se perpetúe al frente de una misma fuerza (o de las varias que vaya creando con el correr de los años).

2 comentarios:

Daniel dijo...

Buenísimo.

desparejo dijo...

Muy buena la observación final, porque que una fuerza lleve como único candidato ganador a un chabón de 70 y pico de pirulos y no parece muy democratizador ni alentador para los pibes de la reserva de PSur.